Otilia, guíanos como ciegos a sentir el color y a escuchar la vibración de cada matiz. Porque el pintor no sólo rompe la monotonía llamando la atención por medio de la vista sino con el sonido de sus estruendos rojos o la voz casi chillante de un terracota a medio lienzo. También nos acaricia con un azul aterciopelado o nos coquetea con tenues líneas color verde. Nos regala la degustación de un dulce amarillo limón y se atreve a ofrecer un poco de amargo violeta.
Deslúmbranos pues Otilia con la infinita abstracción y haznos crecer en una noche iluminada por cada uno de tus cuadros en medio de este paisaje de sueño que es este momento...
Álvaro Sandoval
Museógrafo y Curador